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Adaptación de la novela PERSONA NORMAL (De las marcas que deja la vida en la piel) de Benito Taibo

Actualizado: 5 jul 2022



FADE IN

INT. CASA DEL TÍO PACO Y SEBASTIAN. -NOCHE

Sebastián está sentado en la cocina mientras el tío Paco prepara la comida, se ve la cicatriz en el brazo izquierdo del tío.

SEBASTIAN

¿Y esa cicatriz?

(sostiene una cuchara con sopa frente a él)

Sebastián prueba la sopa de la cuchara


TÍO PACO (con exaltación)

Se trata de una herida hecha en la batalla de las Termópilas, una flecha persa. Una de las miles que obscurecieron el cielo. Nosotros, espartanos, luchábamos como demonios a la sombra.

(agita las manos en el aire con una cuchara de madera en la mano izquierda)


SEBASTIÁN

Dime la verdad, tío

El tío Paco pasa su dedo índice por la cicatriz


TÍO PACO

La verdad siempre es mucho menos heroica que los sueños. ¿para qué quieres la verdad? Resulta ramplona, gris y sin lustre.


SEBASTIÁN

Da igual, quiero saber…

El tío paco sube la camiseta para ocultar la cicatriz. Sebastian toma otra cucharada de su sopa


TÍO PACO

De acuerdo. Fue un garrotazo de la policía de Alabama. Por defender el derecho de Rosa Parks a sentarse en los asientos reservados para blancos en los autobuses. Primero de diciembre de 1955.

(sacude la cuchara para quitarle el caldo)


SEBASTIÁN

¡Eso es falso!

Sebastián hace cuentas con sus dedos. El tío Paco sonríe.


SEBASTIÁN

¡Tenias 15 años!


TÍO PACO

¿y qué, a los quince años no se puede defender lo que consideras justo? La cicatriz fue hecha por una bayoneta en 1871, cuando todavía no nacía, mientras defendíamos la Comuna de parís. Fue la semana sangrienta en que nos derrotaron a los justos.


SEBASTIÁN (V.O)

La verdad es como una especie de droga. Quedan un poco y quieres más y más. y yo quería saber de dónde venía la cicatriz, la verdad verdadera.


SEBASTIÁN

Si tú me dices la verdad, yo te digo de que es esta cicatriz

(Baja un poco el pantalón para arriba de la ingle)


TÍO PACO

Malas noticias. Te conozco desde que naciste y esa es una apendicitis de hace 4 años. ¿otra?


SEBASTIÁN

¿Qué dices de ésta?

(muestra la rodilla izquierda)


TÍO PACO

Mejor, pero, empieza tú


SEBASTIÁN

mordida de Pterodáctilo. no se me infectó de milagro. Me agarro en el aire mientras saltaba de la cascada de Plata. Fue huyendo de una tribu de antropófagos.

Sebastián mira fijamente al tío Paco, señalándolo vagamente con la cuchara, el tío Paco tarda unos segundos en contestar.

TÍO PACO

¿Los antropófagos echaban verduras en la olla donde cocinaban gente?


SEBASTIÁN

¿Ehhh? ¡si! zanahorias y coles y margaritas y otra planta que no conozco. Sal y pimienta.


TÍO PACO

Así que esos personajes eran omnívoros, ¿no?


SEBASTIÁN

¡Omnívoros de toda la vida! Y, ¡cabrones, muy cabrones!

El tío Paco sonrió


SEBASTIÁN (V.O)

Realmente no podía recordar el término de la palabra “omnívoro”, pero por otro lado, tenía la suerte de que las “malas” palabras no eran castigadas por mi tío mientras fueran aplicadas con corrección y estilo.


TÍO PACO

Cuando tus padres comenzaron a salir no creía que tu papá fuera lo mejor para mi hermana menor, lo consideraba demasiado apegado a los bienes materiales…


SEBASTIÁN

¿y…?


TÍO PACO

Y tu mamá creía que había encontrado al amor de su vida. Lo cual a la larga fue cierto y así como el amor es sorprendente, tu papá resultó mejor persona de lo que parecía.


SEBASTIÁN

La cicatriz ¿de dónde salió la cicatriz?


TIO PACO

Una vez los encontré en la sala, besándose a obscuras. Yo estaba un poco alterado y le grité tres tonterías a tu progenitora. Ella, con el mejor estilo de pitcher de las ligas mayores, me tiró un florero. De ahí viene la cicatriz. Pero déjame decirte que las cicatrices son muy importantes, hay que lucirlas con orgullo, todas ellas cuentan una historia.

Sebastian decepcionado, recoge su plato de la mesa y camina hacia su habitación. El tío Paco comienza a lavar los trastes.

SEBASTIÁN

Mejor sigue diciendo lo de las batallas de las Termópilas. Es más lucidor.

(sostiene la puerta de su habitación)

Sebastian cierra la puerta y se acuesta en la cama, mirando al techo obscuro.


SEBASTIÁN

Era eso. Un vulgar florero.


SEBASTIÁN (V.O)

Esa noche pensé en los floreros que me tirarían y en todas las cicatrices que tendría que acumular a lo largo de la vida.

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